RAFAEL CHAPARRO MADIEDO
Nació en Bogotá en 1963 y murió de lupus en 1995. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de los Andes. Trabajó como redactor cultural del diario La Prensa. Se desempeñó como libretista del programa Zoociedad y director de La Brújula Mágica. A los diez años fue envenenado por los Rolling Stones. A los veintiuno, Rimbaud lo dejó en estado de coma. Le gustaba ir a cine de tres solo, a cine de seis acompañado y a cine de nueve muy bien acompañado. Chaparro veía la literatura como un «botellazo de whisky en la cabeza, un corrientazo de energía en las pelotas, una cuchillada en la madrugada».


Su obra principal, Opio en las nubes, ganadora del Premio Nacional de Novela en 1992, es una expresión directa de sus experiencias, emociones y percepciones, muchas de las cuales están profundamente enraizadas en su vida bogotana.

Chaparro vivió en una época en la que Bogotá experimentaba un auge cultural alternativo, con barrios como Chapinero y La Candelaria emergiendo como centros de la bohemia y el arte. Este ambiente seguramente influyó en su obra, cargada de una atmósfera introspectiva y a la vez vibrante.

La Bogotá de los años 80 y 90 en la que trascurrió la vida de Chaparro era una ciudad en transformación, con su tráfico caótico, su mezcla de modernidad y tradición, y sus marcadas desigualdades sociales. Este caos se siente en la estructura fragmentada y libre de Opio en las nubes, que refleja una realidad en la que todo parece a punto de desmoronarse, pero que, de alguna manera, sigue funcionando.

La vida de Rafael Chaparro Madiedo, su relación con Bogotá y su obra Opio en las nubes forman un ciclo inseparable. La ciudad influyó en su sensibilidad artística, y él, a su vez, plasmó esa Bogotá intangible, onírica y melancólica en su narrativa. Bogotá fue su musa y su escenario, una ciudad que, como el libro, ofrece una experiencia tanto dolorosa como sublime.